domingo, 19 de diciembre de 2010

Presentación en León de SIETE -Los perros del cielo, de Yaiza Martínez en las X Jornadas Club Leteo

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Presentación de "Siete-Los perros del cielo" en León,
Día 29 de diciembre de 2010, a las 20.00 horas.
Salón de Actos del Ayuntamiento de León, c/ Alfonso V.
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Presentará: Rafael Saravia
Intenvendrá: Yaiza Martínez
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Poeta y narradora, Yaiza Martínez es Licenciada en Filología Hispánica (UCM). Libros de poesía: Rumia Lilith (2001), El hogar de los animales Ada (Editorial Devenir, 2007) y Agua (Ediciones Idea, 2008). Es también autora de la novela Las mujeres solubles (Lulu.com, 2008). Poemas suyos han aparecido en diversas publicaciones como El signo del gorrión, Vera, Los noveles o ABC Cultural. Ha traducido El Señor de Ballantrae de R. L. Stevenson (2005) para la editorial Marenostrum. Ha ejercido la crítica literaria en la revista Reseña. En la actualidad es traductora y redactora-jefe de la revista de Ciencia y Humanidades Tendencias21.

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Sobre su poemario, expone la poeta en Tendencias 21:
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Es este libro un mandala o así me lo parece: el lenguaje que despliega alberga reiteraciones fractales e imágenes que se repiten en contextos diversos, dando al conjunto una suerte de "dimensionalidad" significativa.

Finalmente, me pareció un dibujo complejo, un ecosistema de relatos atravesado por una unidad semántica de escalas múltiples (en concreto, siete escalas como los siete colores en los que la luz se parte).
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Leer más, acá.




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La verdad del alma es metafórica
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Partiste la luz en siete colores o te dividiste en siete, de tu condición de cristal a horcajadas sobre los siete perros del cielo: así pudiste segar las palabras de ella en los otros, e introducirlas

en esta cesta de versos

Fue en el momento del sueño, cuando el prisma se enfrenta a la luz, cuando el cuerpo

lucha contra su propia herrumbre

Así conociste la verdad sobre el alma o la trampa de la luz:

aún siendo luz,

al otro lado se parte

Muertos vivientes sujetados a la vida por pinzas de la ropa, seres que comen sobre hojas de palma, un bebé deslumbrado por las alas del ave o el hombre con sombrero que hablaba a los jazmines: todos te oyeron cabalgar.

Partiste en siete la luz, dentro del sueño: pero fue el inicio del canto.

El sacerdote, con su tradicional ignorancia, impuso la explicación unívoca del yo: deja a los espíritus gallináceos picoteando su mijo.

Tú lo supiste: la luz estaba en siete cuerpos,

en la misma vibración de tu lenguaje.

Vuelve al poema

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Ahora conoces la trampa de la luz o la verdad del alma es metafórica

se cristaliza en versos

muy lentamente

pronuncian

un número

¿A dónde vas a horcajadas sobre los siete perros del cielo?

al otro lado del cristal

el hombre con sombrero le hablaba a los jazmines

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Siete – estudio de la mandorla

Un recuerdo: aceite en el agua yel número

es para el arte”,

paciente perro blanco o figura que suspira,

en la cabecera de tu lecho:

“la lógica es cauce para el agua”

- pero no a toda arrastra,

le contesté. Las pulseras cayendo

por mis brazos desnudos-

“he pintado una mancha que decía,

únicamente bajo la vela”

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Al otro lado del prisma,

quería ser la madre de los vientos bajo las mangas anchas

espirales de colores y la punta de los dedos

habría servido para aquel instante la música entre la luz

en los pasillos rojos, las pesadas cortinas,

las ventanas de oro

o la música

del agua

y la poesía, y amar

a varios hombres para la celebración

de un cuerpo del otro cuerpo

en el atril

sobre la partitura

la hija también,

la música del río.

Serviría la libertad para aquel instante

en que las piedras

sólo daban forma a mis pies,

me sostenían

una ramita del mundo

y de la música del mundo

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La sabiduría congregada tras la muerte: recoloca las piedras bajo el sonido del número, tantas veces como pretendas comprender

la trampa de la luz.

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Yaiza Martínez

2 comentarios:

  1. Víctor, querido, no sabes como te agradezco. Me hace mucha ilusión verme por aquí, con vosotros. Un beso grande

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  2. La sabiduría congregada tras la muerte: recoloca las piedras bajo el sonido del número, tantas veces como pretendas comprender la trampa de la luz.

    me encantó!

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