.
.
.En la Europa saqueada del presente, sobran razones para la indignación, empezando por la referencia ubicua a la «crisis» que, en ciertos discursos dominantes, suele usarse como pretexto para disipar la referencia más concreta a una escandalosa concentración de la propiedad y la renta y, en particular, para ocultar a los grandes beneficiarios de esta reestructuración sistémica.
.
(.../...).
.
..
.
.REBELARSE CONTRA LOS PODERES ESTABLECIDOS CONSTITUYE UN ACTO DE DIGNIDAD CUANDO ESOS PODERES NO SÓLO COARTAN LA LIBERTAD DE CRÍTICA, SINO CUANDO IMPIDEN LA CREACIÓN DE FORMAS DE VIDA QUE NO SE LIMITEN A LA MERA SUPERVIVENCIA.
.
.
.
.
.
.
. LA DIGNIDAD COMO REBELIÓN
.
.La rebelión en estas condiciones es un acto de dignidad. Nuestro porvenir se juega en esa revuelta que no acepta vivir de rodillas. Lo imprevisible llegó a nuestras vidas cotidianas, por más que los poderes dominantes se empecinen en conjurarlo. La impotencia de esos poderes amplía nuestro (contra)poder que se gesta no de la irradiación de una autoridad sino al abrigo de esos acontecimiento colectivo (1). No conocemos nuestro desenlace, pero lejos de ser una desventaja, pone en suspenso la certeza del
desastre al que nos precipita este sistema.
desastre al que nos precipita este sistema.
.
Lo imprevisible está aconteciendo: si el derrotismo nunca fue nuestro aliado, el hartazgo moral y el despojamiento de oportunidades vitales pueden ser una combinación explosiva. La «economía
moral de la plebe», en palabras de E. P. Thompson, ha reingresado por la puerta de atrás (de la política). Los sin-parte han llegado también en países a los que seguimos refiriéndonos con el eufemismo de «primer mundo». Pero como dice Naomí Klein ya no hay países ricos o pobres. Lo que hay son sujetos enriquecidos/ empobrecidos, según las coordenadas en las que nos movamos. En los sin-parte late una revuelta; es su última promesa
moral de la plebe», en palabras de E. P. Thompson, ha reingresado por la puerta de atrás (de la política). Los sin-parte han llegado también en países a los que seguimos refiriéndonos con el eufemismo de «primer mundo». Pero como dice Naomí Klein ya no hay países ricos o pobres. Lo que hay son sujetos enriquecidos/ empobrecidos, según las coordenadas en las que nos movamos. En los sin-parte late una revuelta; es su última promesa
.
Es falso que técnicamente no estemos en condiciones de construir otro mundo. Lo que falta es
voluntad política. En vez de aceptar una (pseudo)democracia tutelada por los saqueadores, se trata de agrietar este muro blanco que nos acorrala. Nuestra oportunidad histórica se labra ahí: en esa multitud que desea despertar de este mal sueño en el que nos han sumido. Está todo por hacer. En cualquier
parte donde late un deseo autónomo hay una grieta que se abre, con todo su potencial emancipatorio, incluso si esas palabras resultan sospechosas en un contexto que les ha quitado en buena medida su legibilidad.
voluntad política. En vez de aceptar una (pseudo)democracia tutelada por los saqueadores, se trata de agrietar este muro blanco que nos acorrala. Nuestra oportunidad histórica se labra ahí: en esa multitud que desea despertar de este mal sueño en el que nos han sumido. Está todo por hacer. En cualquier
parte donde late un deseo autónomo hay una grieta que se abre, con todo su potencial emancipatorio, incluso si esas palabras resultan sospechosas en un contexto que les ha quitado en buena medida su legibilidad.
.
Es seguro que el 20 de noviembre no habrá sorpresas en las elecciones presidenciales de España. Con un nivel de abstención y votos en blanco sin precedentes, una vez más habrá sustitución de partido de gobierno sin que se alterne en lo más mínimo la anatomía bipartidaria del actual sistema político. Eso no es motivo para la decepción: precisamente porque seguirán empecinados en destruir cualquier vestigio de igualdad, allí estaremos, desafiando la desesperanza que traen.
Es seguro que el 20 de noviembre no habrá sorpresas en las elecciones presidenciales de España. Con un nivel de abstención y votos en blanco sin precedentes, una vez más habrá sustitución de partido de gobierno sin que se alterne en lo más mínimo la anatomía bipartidaria del actual sistema político. Eso no es motivo para la decepción: precisamente porque seguirán empecinados en destruir cualquier vestigio de igualdad, allí estaremos, desafiando la desesperanza que traen.
.
.
.
(1) Para un análisis del 15M como acontecimiento, puede consultarse «Democracia y revuelta: apuntes sobre una política insumisa», en http://archipielagoenresistencia.blogspot.com/2011/08/democracia-y-revuelta-apuntes-sobre-una.html
.
.
.
.
.
.
.
Arturo Borra (Argentina, 1972) es licenciado en comunicación social (UNER, Argentina) y en la actualidad cursa doctorado en estudios interdisciplinarios de la comunicación en la Universidad de Valencia. Como poeta tiene varios poemarios escritos, siendo Cielo partido (Zahorí, 2009) y Umbrales del naufragio (Baile del Sol, 2010) sus último escritos poéticos en papel. Así mismo en la vida cotidiana trabaja e interviene en diferentes frentes de acción social, cultural y de agitación política, próximo siempre a lo dañado, a las personas que organizadas o solitariamente tratan de resistir el avance impresionante del capitalismo tardío y los neofanatismos ideológicos y políticos.
.
Publicó en El extremo Sur de La Patagonia, en el suplemento cultural Confines, nº 41 un artículo sobre el 15M y su significación y viabiliadad revolucionaria en la sociedad española titulado El 15M después del 20N: La Revuelta como porvenir, del que hemos extraido un fragmento para este blog.
Se puede seguir al autor en:
y también otros artículos, La revuelta como porvenir
En el blog de Eloísa Otero Isla Kokotero
El poema Confabulación
En el Cuestionario Schmidt
En la entrevista que le realizara
Enrique Falcón en A golpe de luna
En el blog Tuerto Rey
.
.
.
.
.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario