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estos sonetos van al fondo de la tradición, y literalmente, puesto que lo hacen con los utensilios y las palabras de esa tradición, la cambian. El yo de Petrarca y Garcilaso, pero en toujours recommencé.
.Carlos Piera
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Miguel Fernández y Javier Gil llevaban en marcha el proyecto de unir en un libro todos los sonetos (publicados en libro, revistas, dispersos e inéditos) a través de la Fundación Inquietudes. Y fue, creo recordar, en este libro, SONETOS VOTIVOS, de Tomás Segovia, donde por primera vez La Asociación Poética Caudal puso un poco de dinero para conseguir su publicación. El resultado fue un precioso volumen, con 50 sonetos y una cuidada y sucinta nota introductoria de Carlos Piera. Este libro es localizable desde Libreria Primado (Valencia).
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(Último soneto votivo)
Aunqu’el omne no coma la pera del peral,
el estar a la sombra es placer comunal.
Arcipreste de Hita
Bien sé yo, Arcipreste, a qué aludías
con esa idea de comer la pera:
a todos los varones nos espera
ese sombrío ayuno que decías.
Se acaban fatalmente aquellos días
en que el hambre de peras de ésas era
sanamente saciada, sin que hubiera
que dejar de morder donde podías.
Citas luego la sombra del peral,
sabiendo que el deseo es inmortal
y son sus mil caminos muy diversos;
vivo, aunque mudo ya y sin tocar nada,
disfruta agazapado en la mirada
veladamente, como en estos versos.
Inédito recogido en Sonetos votivos, de Tomas Segovia
(Instrucciones para abrir una caja fuerte, I)
Ed. Fundación Inquietudes – Asociación Poética Caudal
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qué pena que este vaya a ser definitivamente el último soneto votivo. yo creía que sería como mínimo el penúltimo...
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