lunes, 24 de octubre de 2011

PRESENTACIÓN LIBRERÍA PRIMADO

 El próximo viernes a las 20.00 en la Librería Primado (Avda. Primado Reig 102, Valencia) tenemos el placer de invitaros a la presentación de LA CAJA DE MÚSICA de OLGA MUÑOZ CARRASCO (Fundación Inquietudes y Asoc. Poética Caudal)  y  LA CIUDAD DE LOS GATOS de AGUSTÍN LINUESA (Cocó editorial).

La caja de música es la ópera prima de Olga Muñoz, y el segundo poemario en que nuestra asociación participa en la edición, haciendo posible uno de los objetivos de la misma y de la Fundación Inquietudes: visibilizar voces poéticas de gran potencia que no hayan sido publicadas. En este caso es, sin duda, un poemario que promete y que tal y como se lee en el prólogo de Yaiza Martínez "no se barrunta discontinuidad alguna entre los lugares habitados y el yo poético que los ocupa". Un poemario que no os dejará indiferentes.

Una ocasión más de compartir, aprender y trazar puentes, en la que disfrutaremos también de  La ciudad de los gatos, de Agustín Linuesa, editado este mismo año por Cocó editorial.


 Hay una casa amarilla.
Hay dos patios donde colgar
mis manos junto a las tuyas.
Hay tres limones
sobre un arca de olor.
Existen también vencejos
alcobas hondas
gatos invisibles.
Me apresuro.
Quisiera despojarme de los brazos
para alcanzarlo todo:
el fogonazo y su ceguera
el sabor árido del estiércol.


---
El murmullo de la luz
arrastrándose en los patios
deslumbra a los habitantes
de la alta casa.
No quedan balcones
ni mujeres descalzas
en las barandas.
Sobre el alféizar
—sábana o cielo—
un breve pedazo azul.
El aire amarillo
impregna quicios lámparas.
Amarillo adherido a las puertas
libros amarillos
que traen luz a los ojos.
Amarilla la luz.
(Olga Muñoz, La caja de música)
En el preciso instante del hombre
La ciudad está dormida
En el preciso instante del hombre
La voz corriendo a través del puente
En el preciso instante del hombre
Huyendo a través de la cebada
En el preciso instante del hombre,
sonriendo como grises calaveras
Como monstruos esperando
en el preciso instante del hombre,
que llegue la noche.

----
Luego el cristal y las manos lentas,
apenas el sexo lamido me despertaba era un hombre bueno
y repartía mis habas a los mocosos
y dibujaba con frío figuras en la mañana con unos dedos
inventando acertijos,
preguntándonos si quizás una escalera bajo la nieve
Alguien amable que yaciera por
colocar semillas buenas entre su boca redonda
y ver crecer a los muchachos
que hubieran nacido como dientes
esperando el plomo de la bala.
(Agustín Linuesa, La ciudad de los gatos)



No hay comentarios:

Publicar un comentario