lunes, 23 de enero de 2012

CONCHA GARCÍA: LA CONTRADICCIÓN QUE DEVIENE EN LOS FRAGMENTOS

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............................................ "Huelo a ti"
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Lo contradictorio es indisimulado, porque el poema no va en busca de la elocuencia, sino de situar cada fragmento en un instante que se pueda re-leer, constatando que la vida, cuando se examina, no muestra, en el mejor de los casos, sino esa pertinente incongruencia de lo vivo, de lo complejo, de lo no pre-sentido. Antes que moverse como un animal amaestrado, el amante es un ser en la plenitud de libertad, imprevisible para sí mismo, para su amada/o y para el mundo. Pero también el mundo, y su amante, son imprevisibles, disentidores, en ocasiones antagónicos y en momentos semejantes. Un poema no imita la vida, es vida en sí mismo. Así, la poesía de Concha García, deviene entre la meditada y ajustada palabra y las intuiciones, lo metarracional y la consciencia musical de una existencia que se mueve entre la soledad y el barullo, entre la nada y la música.Una música interpretada por esas muchas piezas, instrumentos y voces que complementan su existencia y que son un fondo sonoro, táctil, a su deseo y su reticencia, a la pasión y desapegos que van zigzageando en su cotidianeidad. La identidad es fruto de un árbol en el umbral de dos espacios, el bosque y el abismo. A menudo la pérdida o el desconcierto ante brumas intensas han alertado su inteligencia y tensado su cuerpo, hasta la línea del ocaso o la desaparición del verano. Una manera otra de explorar, tanteo y caligrafía, los límites de la existencia y por ende, la posibilidad de amar y cómo. Un cómo que tiene no una formulación mágica, ni una ortodoxia, sino que es nuevamente, un empezar a conocerse y a reconocerse, a experimentar y compartir, a arriesgar y descubrir en la persona amada lo inconfesable.

Víktor Gómez
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imagen de Rebeca Cygnus


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Me das el vestigio del resto.
En sombras emerge una conciencia
tomando el sol con las dos,
cambiamos de retrato y de poemas
de textura y de materia,
nos regalamos antologías
de pies en la sombra, sabemos
que los árboles ya florecerán.
Encantamiento por distancias
disciplinas por jamases
acumulamiento por dispersión.
Feos lugares al entrar
donde los conocidos saben
que la verdadera función del poema
consiste en resbalar
entre los papeles de la edad. 
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Me gusta mirarte cuando me vacío
no me lo explico
la consternación, la paráfrasis,
lo hondo alberga dudas
esparcidas que amontono
en un plato vacío qué adorable
es mirarte. Árboles ya florecidos.

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Sin base de sustentación sin
que supiera nadie lo hondo
que es atravesar unos metros
hacia abajo. Arribas estabas aún,
mi cuerpo y tu cuerpo.
Yo ya no estaba conmigo.
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.......................... Árboles que ya florecerán (Ed. Igitur, 2011)
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Reseña del libro, de Juan Carlos Suñén: acá 
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